Lionel Messi, en la “dulce espera”
Lionel
Andrés Messi está en la “dulce espera”. Si bien es cierto que su tercer hijo
con Antonella Rocuzzo (al que pondrán por nombre Ciro) nacerá en abril próximo,
la edulcorada espera futbolística es la que marca el actual ritmo circadiano
del “10” de la Selección Argentina. “La Pulga” mira de reojo las estepas rusas,
mientras conduce al FC Barcelona a una temporada que tiene aroma de triplete.
Pero no hay trébol que valga más que levantar la Copa del Mundo para el
argentino, quien ha declarado en más de una ocasión que cambiaría sus cinco
Balones de Oros por ese trofeo que finalmente lo corone, sin ninguna clase de detractores,
como el mejor de la historia.
Mientras
la cita planetaria se aproxima, el alfa y omega del equipo catalán sigue
derribando mitos y apilando récords como si de rivales se tratase. Da lo mismo
si es en Liga o en la Champions League. No hay reto que no seduzca a un jugador
que, a sus 30 años, vive la plena madurez futbolística. Cada vez más arquitecto
del juego, sin dejar de ser el definidor lapidario que finalmente batió al
Chelsea, tras nueve compromisos en Europa. Lo hizo para dejar a su escuadra con
opciones muy vivas de plantarse en unos cuartos de final de la Copa de Europa
por undécimo año al hilo. Coincidencia o causalidad de la era “Messi”. ¡Alucinante!
Pero lo hizo también para tapar bocas nuevamente.
Da
la sensación de que algunos no han entendido todavía que tentar a Messi es como
jugar con fuego o tentar al diablo. “Que nunca le ha marcado a Čech… que
nunca le ha marcado a Buffon… que nunca le ha marcado al Chelsea…”
decían. El vocablo ‘nunca’ funge como la chispa que enciende el motor del
magnético futbolista argentino. Con su gol a Thibaut Courtois en Stamford
Bridge, Lionel llegó a 98 goles de Liga de Campeones y 101 en competiciones
europeas. Se ha enfrentado a 37 conjuntos en Europa y, únicamente, no ha podido
batir las redes de seis de ellos: Atlético –si le ha marcado en Liga-, Benfica,
Inter de Milán, Liverpool, Rubin Kazan y Udinese.
Siendo además el segundo anotador histórico del certamen,
aún lejos de Cristiano Ronaldo (116), y el único futbolista en haber marcado
cinco dianas en un cotejo de Champions, pocos records quedan en la mirilla del
rosarino. Con la Liga casi en el bolsillo y la final copera asegurada, su mayor
inspiración ahora mismo parece estribar en devolver al Barcelona al sitial de
honor europeo y acabar de una vez por todas con la hegemonía continental que su
más enconado rival, Real Madrid, ha labrado en los últimos cuatro años, ganando
tres ‘Orejonas’.
¿Se cuida
para el Mundial?
La otra misión del “10” consiste en llegar en las mejores
condiciones físicas posibles a Rusia, donde pretende acabar con esa retahíla de
frustraciones en tono celeste y blanco. Cuatro finales perdidas (tres de Copa
América -2007, 2015, 2016- y una de la Copa del Mundo 2014) y ningún gol
anotado en ellas. El fútbol se ha cebado demasiado con quien mejor sabe
destapar el tarro de sus esencias en la actualidad. Injusticia divina o no, Lío
trabaja tozudamente para cambiar su suerte.
Hasta su compañero de equipo y futuro rival en la fase de
grupos de Rusia 2018, Ivan Rakitic, ha ratificado los enormes cuidados del “único
titular” de la Selección Argentina en palabras de Jorge Sampaoli. En la rueda
de prensa pre-partido ante Chelsea, el croata declaró: “La verdad es que se ve a Leo muy centrado, trabaja muchísimo. No sé si
lo he visto tanto en el gimnasio, preparándose, cuidándose tanto. Eso se nota
también en los entrenamientos, donde va al cien por cien para estar fino. Y lo
notamos muchísimo”.
Los mimos del mago hacia el mismo se han notado en la
cancha. A día de hoy, ha marcado 28 goles y repartido 14 asistencias en todas
las competiciones. Su escuadra sigue peleando los tres frentes y él sigue tan
fresco como eficiente. Aunque a veces parezca que camine la cancha, el
devorador de récords solo dosifica esfuerzos. Su propia evolución lo ha hecho un
jugador selectivo. Medita en el campo, y escoge “el momento Messi” para marcar
diferencias. Sigue siendo, por lejos, el más decisivo.
“Sinceramente,
me gustaría que ganara el Mundial con Argentina para que tenga su coronamiento”,
confesó sobre Messi, esta semana, el ex futbolista italiano Gianfranco Zola al
diario El País de España. En efecto, muchos románticos del deporte rey sueñan
con ese instante y deshojan el calendario en la “dulce espera” de Rusia. Sean muy
de Messi o no.
Comentarios
Publicar un comentario