La segunda juventud de Arango, el crack que marcó el camino

Por Geraldine Carrasquero

Juan Arango celebrando un gol con el Borussia Mônchengladbach

Corría el minuto 14’ de juego en el cotejo en el que el Borussia Mônchengladbach de Juan Fernando Arango, enfrentaba al Kaiserslautern por la vigésima segunda jornada de la Bundesliga, cuando el crack venezolano  anotaba su 6to gol en la presente campaña. Además, esta diana es su segunda consecutiva, puesto que la semana pasada deslumbró a propios y extraños con un auténtico golazo de tiro libre que colgó por toda la escuadra, dejando en evidencia a Lars Unnerstall, portero del Shalke 04, quien encontró insuficiente su 1.98 m de estatura para detener el misil de Arangol. Los 90° que forma el travesaño con cualquiera de sus postes se sienten siempre halagados cada vez que la redonda, con trayectorias perfectas como la dibujada por el maracayero,  hacen notoria la geometría de su forma y desafían, a toda costa, la gravedad.

Obra de arte de Arango ante el Kaiserslautern:
A tres dedos dibujó una comba divina.

Cuando Arango, de 31 años, fue habilitado por la sensación juvenil alemana, Marco Reus, se encontraba muy escorado a la izquierda del área, una posición ideal para el remate de primera y cruzado al segundo palo con el borde interno de un zurdo común, o tal vez ideal para cualquier derecho con cierta habilidad para enganchar hacia adentro y luego colocarla, seguramente, sin embargo, el zurdo de Maracay no hizo ni lo uno ni lo otro, el "huracán del caribe" encontró en la dificultad, tal como los grandes genios, la situación propicia para hacer de la fantasía un ejercicio de rutina. Así fue como Arangol le hizo un nuevo guiño al fútbol, empalmando el cuero con desparpajo y exquisitez con el borde externo (le pegó a 3 dedos) de su zurda mágica, sin control previo, al primer toque, adelantándose años luz al resto, un crack total, técnica y mentalmente.

Ya son varios los partidos encadenados en los que el accionar de Juan Arango no deja indiferente a nadie, demostrando que está atravesando un gran momento de forma, sino el mejor de toda su carrera. El maracayero acumula varios partidos nadando sobre miel y el mejor premio para su actual estado de gracia ha sido la reciente renovación de su contrato con la escuadra alemana. La segunda juventud del crack vinotinto empezó a ser notoria, precisamente en sus partidos con la oncena criolla el año pasado, tanto en el histórico 4to puesto logradopor Venezuela en la Copa América 2011, como en los partidos correspondientes a las eliminatorias de la CONMEBOL en 2011.

Altamente importante fue la contribución de Arango en los buenos resultados conseguidos ante Argentina, Colombia y Bolivia, sobre todos estos dos últimos, en donde sin esconderse, como es habitual en él, tiró del carro del equipo, pidiendo la pelota en todo momento con la jerarquía que le imprime llevar el brazalete de capitán y unos 102 partidos como internacional en su bagaje,  dándole, más que nunca, validez a la fórmula: Arango y 10 más en los esquemas diseñados por César Farías.



A las dos semanas del incidente con Javi Navarro,
Arango volvería a las canchas.

Pero no todo ha sido rosas en el camino de Arango desde su debut como profesional en 1996 con el Nueva Cádiz que dirigía Farías, casualmente, su actual entrenador en la selección. Además de haberse convertido en una suerte de trotamundos de este deporte, jugando en 8 equipos de 4 países distintos (Nueva Cádiz, Zulianos FC, Caracas FC, Monterrey, Pachuca, Puebla, Mallorca Y B. ‘Gladbach), ha tenido que superar momentos difíciles como la fuerte entrada de Javi Navarro, jugador del Sevilla, que lo tuvo varios días en cuidados intensivos, haciendo incluso peligrar su continuidad como futbolista, así como también las férreas críticas que un sector de la prensa le propinaba en 2009 achacándole su bajo rendimiento en la selección y en el Mallorca español.

Arango en una de sus mejores facetas, el golpeo
del balón.

Sin embargo, el 2011 fue el año en el que Arango se reencontró con su mejor versión: volvió a desplegar su juego elegante apoyado en una técnica depurada y en una pegada descomunal, gracias al guante de seda que tiene por zurda, donde fija su mirada coloca el esférico con suma faciliad.  Le acompañó además, su habitual visión de juego para mover los hilos de su equipo, una clarividencia que está  al alcance de muy pocos y ha sumado a su repertorio una polivalencia y capacidad de sacrificio propia de haber militado en un campeonato tan exigente físicamente como el alemán. Hay quienes le critican su andar lento sobre el campo, otros su inexpresividad, pero aunque su ritmo sea un tanto cansino y su cara difícilmente muestre expresiones de alegría cuando juega, Arango es grande donde los haya, vaya donde vaya, atesora tanta clase en sus botines y personalidad con la pelota pegada al pie que se ha convertido en uno de los mejores jugadores de América y, seguramente, del mundo entero. Lo que nunca le ha faltado es compromiso.

Lo anteriormente expuesto, no muchos se atreven a afirmarlo, pero si Arango no hubiese nacido en tierra venezolana, sino en cuna brasileña o suelo Argentino, nadie lo pondría en tela de juicio, de eso no tengan dudas. No obstante, ser infravalorado por su nacionalidad es una condición que poco le quita el sueño y, sobre todo, las ganas de luchar al dorsal 18 de la selección.

Arango cuajó grandes actuaciones con la casaca
rojinegra del cuadro mallorquín.

Por otro lado, otra de sus grandes virtudes es hacer de cada gol una obra de arte, parece que para el capitán vinotinto, marcar un gol no valdría, sino este no es de alta factura, para el recuerdo quedarán sus goles de tiro libre y sus disparos venenosos y colocados desde fuera del área, la mayoría de sus dianas son perlas que quedarán en la retina de una generación que está presenciando las actuaciones del que para muchos es el mejor jugador que ha dado la “tierra de gracia”, Venezuela. En Son Moix se sacó de la manga varios ases de gol, como aquel que le marcara a la Real Sociedad en 2005, tras un saque de banda que el mismo recibió de pecho de espaldas al arco y en el costado derecho del área, para luego girar sobre su propio eje y, sin dejar botar la pelota, golpearla maravillosamente, bañando al portero y destruyendo las telarañas que las arañas habían tejido en el ángulo de la portería rival. Con la vinotinto, además de haber marcado goles preciosos, también los hay fundamentales por lo que significaron para el país, como el que marcó ante Colombia en Barranquilla o ante Bolivia en Maracaibo, en el la agonía del partido. 

Arango vive un momento dulce con su selección

Para finalizar, pongo un llamado de atención sobre la mesa que se apoya en el hecho de no concebir que un español o un alemán estén más al  de las actuaciones de Arango que un propio venezolano. Recientemente el Diario Marca, un diario español y no venezolano, destacaba a Arango como el rey de las asistencias en el torneo alemán. Por todo lo que le ha dado al país, Juan Fernando Arango es un jugador que merece todo el respeto de la afición venezolana ¿y por qué no? merecería también recibir condecoraciones en Venezuela, como la que le hicieron a Juan Román Riquelme en Barinas siendo un extranjero (Argentino), el pasado miércoles cuando vino a jugar Copa Libertadores ante el Zamora.

Sin lugar a dudas, lo más rescatable en la carrera de Arango, aunque aún esté lejos del retiro, siempre será haber sido el jugador que marcó el camino, haber sido el principal artífice de que las puertas del fútbol internacional se abrieran de par en par para muchos jugadores venezolanos que hoy día también brillan fuera de nuestras fronteras. 

Haber dejado el nombre de Venezuela bien en el alto en cada terreno donde su zurda dio cátedra, demostrar que el futbolista venezolano tenía el nivel, además de haber participado en los procesos eliminatorios más exitosos de la historia venezolana, fungiendo como líder indiscutible, ha posicionado a este crack sencillo y humilde fuera del campo, como el principal responsable de haber cambiado la imagen del fútbol venezolano, convirtiéndolo en lo que es ahora: un producto de exportación.

"Numeritos" de Juan Arango en su carrera como futbolista profesional