Messi conduce a Argentina a la cima de las Eliminatorias
Por Geraldine Carrasquero
Cuando Messi se inspira, Argentina delira. Hoy, Lío se puso
el traje de gala y la Albiceleste estuvo como una bala. Con dos tantos del
crack del Barcelona y otro de un correctísimo Kun Agüero, los dirigidos por
Sabella derrotaron a Uruguay en Mendoza 3-0.
Messi tuvo una actuación consagratoria. Puso Mendoza a sus pies |
Uruguay resistió por poco más de una hora. Después de ese
tiempo, se abrió la fuente para Messi y compañía, quienes intentaron desde el pitazo inicial sortear la siempre difícil zaga charrúa, con Gago en
plan estelar y Messi descomunal, siempre bien escudados por un sólido Mascherano.
Nunca la alineación
de tres delanteros (Forlán-Suárez- Cavani) había sido tan engañosa en la
historia del fútbol. La formación no siempre augura el buen desempeño del
sistema. Los de Tabárez renunciaron a la pelota y el trío atacante lo pagó. Y
aunque en la etapa inicial, con muy poco, crearon mucho peligro, en la segunda mitad,
quedaron sin fuelle.
A los 65’, Messi, finalmente, encontró su premio. Creó una
pared larga con Di María, que terminó en gol con Lío empujando el balón sobre
la boca del arco. Antes, en el primer tiempo, el ‘10’ se había topado con la
madera, tras una jugada de ensueño en la que apiló rivales y definió, con rosca,
al segundo palo.
10 minutos después, Messi agitaría de nuevo el ataque.
Recibió con espacios a 30 metros del arco y al sentir la presión férrea de la
doble marca, la picó, sutilmente, para un Di María que entró como una moto por
izquierda. El extremo del Real Madrid se puso su mejor atuendo, el de asistente,
y el Kun Agüero lo aprovechó, haciéndole un pase de gol a la red.
Y aún cuando Mendoza no daba crédito al espectáculo que
presenciaba, Messi no se había manifestado por última vez. A los 79’, le sacó
chispas al césped con un tiro libre rastrero que se coló junto al poste derecho
del arco defendido por Muslera. ¡Golazo!
Desde esa misma posición, ‘La Pulga’ había castigado,
recientemente, a Casillas, por partida doble, y a Villar por eliminatorias. En
esas oportunidades, Messi eligió superar por vía aérea la barrera. Hoy, se reinventó de nuevo, cualidad invaluable, y de la
metamorfosis nació la magia que puso la guinda al marcador.
Lo hinchada argentina terminó con las palmas coloradas de
tanto aplaudir a su ídolo ‘repatriado’. Los jugadores, se marcharon a los
vestuarios sabiendo que la victoria los dejaba en lo más alto de la tabla. En la
batalla rioplatense, un soldado brilló por encima del resto: Nació en Rosario,
creció en Barcelona y, antes de retirarse,
ya se ha ganado con creces la eternidad.
Comentarios
Publicar un comentario