Selecciones vs Fútbol local

Por Geraldine Carrasquero


Si se hace un recorrido a lo largo de la historia del fútbol, puede verse como el momento de gloria de una nación producto del éxito cosechado por su selección de mayores, normalmente es consecuencia directa del buen andar de sus equipos de fútbol local a nivel internacional. Esto es completamente natural y estriba en el hecho de que las selecciones absolutas se nutren de las estrellas nacionales que brillan en los torneos domésticos. 
El plantel del Ajax con la Copa de Europa del 73.


Por ejemplo, el Ajax y el Bayern Münich de la década del 70 consiguieron tricampeonatos en la Liga de Campeones de la Uefa, antiguamente denominada Copa de Europa, y tanto Holanda (La afamada Naranja mecánica) como Alemania (Campeona del Mundo del 74) fueron dos de los principales animadores de los mundiales del 74, 78 y 82 respectivamente. Un fenómeno similar ocurre actualmente con la vigente campeona del mundo y de Europa, España, cuyas principales bazas son los mismos jugadores que han hecho del actual Barcelona un equipo legendario, campeón de todo, claro y amplio dominador del juego.
Plantel de Holanda en el 74 (La Naranja Mecánica).

Sin embargo, la supremacía a nivel de clubes muchas veces no se traduce en éxito a nivel de selecciones: representativos son los casos de los 6 títulos consecutivos cosechados por los clubes ingleses en Liga de Campeones entre el 77 y 82 entre el Liverpool (3), Nottinghan Forest (2),  y el Aston Villa, no obstante Inglaterra ni siquiera se clasificó a los mundiales del 74 y 78 y en el 82 no pasó de segunda ronda. Lo mismo ocurrió con la mejor dinastía que ha tenido la Copa de Europa hasta el momento, el Real Madrid de Di Stefano, cuyo pentacampeonato entre el 55 y el 60 no dejó huella en la selección española. Los ibéricos no llegaron a disputar los mundiales del 54 y el 58.

En América no hay mucho por analizar, los tres colosos del continente, Argentina (22),  Brasil (15) y Uruguay (8) han ganado 45 de las 51 ediciones de Copa Libertadores disputadas hasta el momento, el resto es un bocado muy mínimo repartido entre paraguayos (3), colombianos (2), chilenos (2) y ecuatorianos. Estadística totalmente escandalosa que habla, entre otras cosas, de la desigualdad histórica del balompié sudamericano, pero eso es harina de otro costal.

La Vinotinto aún no es el reflejo del fútbol local.

La selección de Venezuela con Arango, Rincón y Amorebieta de estándartes.
Bien podría decirse que en Venezuela sí se cumple este viejo refrán popular: "Luz para afuera, obscuridad para la casa". Si muchos consideran que el país atraviesa por la edad de oro de su fútbol, tendrán que analizarlo de nuevo para reformular esta afirmación. En vista de, que si bien es cierto que cada fin de semana es muy probable que retumben los oídos de miles de venezolanos amantes del juego por cada grito de gol que nace en la garganta de un Vinotinto que brilla en el exterior (Véase Arango, Rondón o Fedor),  la realidad que vive el fútbol venezolano puertas adentro no es del todo brillante.

El once títular del Zamora FC de la Liga Venezolana
La eclosión de algunos jugadores criollos fuera de las fronteras del país, se opaca cuando los clubes más laureados del balompié criollo son incapaces posteriormente de cuajar buenas presentaciones en torneos internacionales. Como muestra un botón: Las sendas goleadas sufridas por los equipos venezolanos (Cruz Azul 4 - Deportivo Táchira 0; Arsenal 3 - Zamora 0) esta semana en Copa Libertadores, son una clara evidencia de la disparidad que hay en los caminos que trazan la selección de fútbol de mayores (actualmente en la 2da posición de las eliminatorias sudamericanas y reciente 4to lugar de la copa América) y los conjuntos que hacen vida en el torneo local cuando les toca salir de Venezuela.

Caracas FC antes del inicio de un partido de Copa Libertadores.
La mejor actuación de un equipo venezolano en Copa Libertadores en los últimos años fue la del Caracas FC en 2009, año en el que los Rojos del Ávila se colaron hasta los cuartos de final del torneo, quedando relegados por la regla del gol de visitante. Otra de las actuaciones que se recuerden fue la del Unión Atlético Maracaibo en el 2004, sorprendiendo al continente al superar con 8 puntos la primera fase y endosando una goleada a un grande de Argentina, el Vélez Sarfield de Chilavert (4 a 2). Sin embargo, lo del UAM es más paradójico, en el año 2008 descendieron y hoy por hoy su futuro es más que incierto.

A pesar, de que el fútbol profesional en Venezuela ha mejorado notablemente en los últimos años, lo ha hecho de afuera hacia dentro, sin duda, gracias al empuje que ha tenido la Vinotinto. La evolución de la selección ha sido tan notoria que ha reflejado un poco de su luz sobre el monstruo en forma de desinterés por parte del aficionado y, sobre todo, por parte de las cúpulas dirigenciales que ensombrecen tristemente al fútbol local. El caso del UAM explicado en líneas anteriores resume uno de los mayores problemas de nuestro fútbol: La inestabilidad institucional de los equipos. En este sentido, para nadie es un secreto el aún incipiente nivel del fútbol criollo, sobre todo, en comparación a otros campeonatos que se juegan en el continente Sudamericano.

Todavía son muy pocos los verdaderos entusiastas del deporte Rey que se acercan, domingo tras domingo, a la cancha para apoyar al equipo de su región. Los hay quienes todavía prefieren quedarse en la comodidad de su casa para presenciar un partido de una liga extranjera, aunque ningún venezolano dispute los 90 minutos. Sin embargos, estos "aficionados al fútbol" no son los únicos culpables, el pesar de nuestro fútbol también recae sobre los medios de comunicación con su paupérrima cobertura del torneo nacional y, principalmente, los hombros de aquellos que invierten, puesto que ellos diseñan un equipo a corto plazo, y además, medianamente competitivo para el escenario local, pero con demasiadas carencias para dar la talla en la Libertadores, por ejemplo. ¿Las consecuencias? Las ya conocidas, la falta de competitividad en forma de repetidos y dolorosos papelones fuera del ámbito local o, inclusive, la desaparición total de un equipo luego de haber probado las mieles del trinfo en el campeonato nacional.

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